El delito de publicidad engañosa es uno de los más comunes que, no solo se presenta en España, sino en muchos países del mundo. Ocurre cuando se atribuyen cualidades a un producto o servicio que no corresponden con la realidad del mismo. En este artículo, te contaremos todo lo que necesitas saber.
¿Cuándo se considera delito de publicidad engañosa?
Antes de explicar todo sobre el delito de publicidad fraudulenta, es crucial partir por la compresión del término “publicidad”. En palabras simples, se define como la comunicación que efectúa una persona física o jurídica con el objetivo de fomentar la adquisición de un producto o servicio.
Nuestro Código Penal, en su artículo 282, establece que el delito de publicidad fraudulenta o engañosa se consuma cuando un comerciante destaca características falsas sobre su producto o servicio al momento de publicitarlo.
En otras palabras, el fabricante lleva a cabo una campaña publicitaria en que adjudica atributos inciertos a su producto, ocasionando perjuicio al consumidor final.
Vale decir que, aunque parezca ser una acción poco grave, tiene implicaciones importantes. Con respecto al bien jurídico protegido, hay debates que no precisan del todo esto. Sin embargo, la normativa vigente hace clara alusión a la afectación de los derechos del consumidor.
Elementos del delito de publicidad engañosa
Así como en la comisión de cualquier otro acto criminal, la publicidad fraudulenta responde a ciertas circunstancias puntuales que dan lugar al delito. Los elementos claves de este crimen son los siguientes:
- Delito de peligro abstracto: quiere decir que causa un riesgo al consumidor, que puede ser inminente o no. No obstante, la conducta en sí misma, es susceptible de generar una consecuencia lesiva.
- Crimen de tipo especial: no es un delito que pueda ejecutar cualquier persona. Según lo establece el CP, para que se considere como tal, debe ser una acción cometida por un fabricante o comerciante del producto usado con fines delictivos.
- Es doloso: este acto criminal no se enmarca dentro de los delitos dolosos. En este sentido, es importante resaltar que las negligencias publicitarias sobre un producto o servicio, no responden a un elemento de publicidad engañosa, por lo que se debe reclamar por vía civil.
Con relación a lo anterior, es indispensable mencionar que el delito de publicidad engañosa cumple con la condición de dolo eventual. En otras palabras, el sujeto activo no busca la consecuencia resultante de su acción, pero está en conocimiento de lo que podría ocurrir y, pese a esto, sigue adelante.
Tipos de publicidad engañosa
La forma en que se presenta la publicidad engañosa es bastante diversa. Algunas de las conductas delictivas relacionadas, más comunes, son:
- Emplear cualquier tipo de expresión ambigua o poco clara, con el objetivo de que el consumidor final tenga una percepción equivocada del producto o servicio.
- No aportar toda la información sobre el producto.
- Cualquier mentira que atribuya características falsas al producto o servicio en cuestión.
- Valerse de estadísticas falsas que exalten los atributos del producto.
- Mostrar fotografías u otras imágenes del producto que no sean las reales.
- Realizar concursos sobre productos y no entregar el premio real.
- Omitir información relevante sobre la disponibilidad de una promoción para una localidad en particular o establecimientos puntuales.
- No mencionar los precios reales del producto o servicio en la publicidad.
Penas por delito de publicidad engañosa en España
El delito de publicidad engañosa es bastante delicado en cuanto a su tratamiento legal se refiere. En función de la gravedad del acto, el castigo impuesto corresponde a 6 a 12 meses de cárcel o la imposición de una multa de 1 a 2 años.
Una particularidad a tener presente sobre estos crímenes es que, las sanciones aplicadas no obstan a otros castigos, en el supuesto de que se haya cometido algún delito adicional.
Por ejemplo, una persona puede cometer un delito de publicidad engañosa al mismo tiempo que un crimen de fraude alimentario al crear un alimento nocivo para la salud, garantizando cualidades en el mismo, que son falsas.
En cualquier caso, encontrarse en una situación como esta resulta bastante complejo. Por eso, la mejor opción es optar por asesoramiento jurídico de un abogado penal con experiencia en el tema.