El delito de coacción se lleva a cabo cuando una persona utiliza la violencia o intimidación para evitar que otra realice un acto legal o para conseguir que accione en contra de su voluntad.
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Regulación del delito de coacciones en el Código Penal
Coaccionar a una persona implica usar actos violentos de cualquier índole para hacerle actuar involuntariamente o para conseguir que no haga algo que la ley no castiga, según lo establece el Código Penal en el artículo 172.
Cabe precisar que esta conducta criminal se encuentra dentro de los delitos contra la libertad. En palabras simples, se entiende por libertad al derecho que cualquier individuo posee para decir qué hacer y qué no.
Elementos esenciales que constituyen este delito
Este acto criminal responde a diferentes modalidades y contextos. Puede darse de forma básica o agravada, lo que implica sanciones distintas. Para que la jurisprudencia condene a una persona por presunta coacción, deben cumplirse ciertas condiciones legales como:
- El sujeto activo debe recurrir obligatoriamente a la violencia sobre la víctima directa o indirectamente.
- La finalidad es siempre conseguir que el sujeto activo ejecute una acción que no desea o impedir que haga algo que la ley no prohíbe.
- El acto violento debe tener la intensidad suficiente para conseguir el fin.
- Debe llevarse a cabo con dolo del culpable.
- El autor no debe tener autorización legal para impedir un acto u obligarlo.
Diferencia entre delito de coacción y amenazas
Las coacciones y las amenazas son términos que a instancias legales se confunden mucho, pero son dos crímenes distintos.
Por medio de la amenaza se anuncia un mal con intención de causar miedo, pero sin llevarse a cabo.
En cambio, la coacción es una forma impositiva que se aplica para que una persona haga algo que no quiere. En el segundo caso, el autor recurre a la violencia de cualquier tipo para conseguir su objetivo.
Penas por delito de coacción
Las coacciones se castigan con diferentes condenas en función de su gravedad, pudiendo implicar la pena privativa de libertad por 6 meses.
Si estás en medio de un procedimiento penal de este tipo, lo mejor que puedes hacer es contratar un abogado experto en la materia.
Uno de los puntos cruciales en los que necesitas ayuda legal es al momento de determinar la gravedad del delito de coacción.
Hablar del tipo básico es bastante complejo en términos legales, pues la jurisprudencia basa su dictamen en función de la violencia aplicada y la intensidad de la intimidación.
Delito leve de coacción
Gracias a la reforma del CP en 2015, se considera la modalidad leve de coacciones. En este supuesto, la pena corresponde a multas de 1 a 3 meses. Es imperativo que el agraviado presente una denuncia para que el crimen sea perseguido legalmente.
Tipo agravado de coacciones
Cuando se coacciona a una persona para impedir que ejerza un derecho fundamental, estamos ante la modalidad agravada del delito. Por ello, la pena se aplica en su mitad superior. De igual modo, se tiene el mismo tratamiento penal en caso de impedir el disfrute pleno de la vivienda.
Coacción familiar y en casos de violencia de género
La normativa vigente también habla de esta forma criminal y se divide, del mismo modo, en leves y graves. En este contexto, no es necesario que se presente una denuncia formal.
Teniendo esto en consideración, cuando una persona incurren en este delito en contra de su mujer, puede ir a la cárcel por 6 meses a un año. La pena se impone en su misma cantidad, cuando se atenta contra una persona vulnerable que viva con el sujeto activo.
Su forma agravada se sanciona con la misma condena en su mitad superior si cumple con elementos específicos:
- Se lleva a cabo contra menores de edad.
- Se emplean armas para la comisión del delito.
- El crimen se realiza en la casa del sujeto pasivo.
- El culpable quebranta alguna medida cautelar.
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